Cómo trabajar el control de esfínter

Control de esfínter en niños

El control de esfínter supone el paso de un comportamiento reflejo automático a una conducta voluntaria y controlada. Os dejamos lo más destacado de nuestra última escuela de padres con esta información elaborada por nuestra psicóloga Silvia Román.

La mayoría de los níños logran el control diurno entre los dos y los tres años de edad, aunque pueden estar perfectamente maduros y preparados ya a los 18 meses. A los cinco años se ha adquirido el control nocturno. Si a partir de esta edad se observan dificultades, en el control diurno y/o nocturno, es necesario solicitar ayuda. El control intestinal suele darse antes que el control vesical, aunque a veces coinciden en el tiempo.

En el proceso de educación para el inicio del control de esfínteres interviene un desarrollo físico adecuado (maduración fisiológica de los músculos que intervienen en la micción y la defecación) y un ambiente familiar propicio y la existencia de un cierto nivel lingüístico, comprensivo y expresivo, que aseguren la comunicación entre el pequeño/a y los adultos.

Además, es conveniente tener en cuenta que el niño avise de sus necesidades, aunque ya haya manchado el pañal, ya que esto supone una clara señal de que está preparada para comenzar el entrenamiento.

Es conveniente que el niño avise de sus necesidades, aunque ya haya manchado el pañal.

El papel de los padres en el control de esfínter

Cosas que debemos hacer:

Control de esfínter
  • Si el niño asiste a la escuela infantil, ponernos de acuerdo con su profesor/a para realizar el entrenamiento de manera conjunta.
    
  • Asegurarnos de que entiende y es capaz de seguir instrucciones o indicaciones sencillas.
    
  • Hacer que se familiarice con palabras relacionadas con este hábito, como son pipí, sucio, water, mojado, seco, y que pueda usarlas.
    
  • Procurar que el pequeño vea cómo usan los mayores el inodoro, ya que aprenden por imitación.
    
  • Establecer rutinas, es decir, llevarle al cuarto de baño cada cierto tiempo. Descubrir las señales (manifestaciones no verbales) previas al momento de la micción o la defecación, con el fin de avisarle para usar el inodoro.
    
  • Elogiar con alabanzas y besos los éxitos y quitar importancia u obviar los fracasos.
    
  • Ponerle ropa fácil de quitar, evitando así posibles frustraciones causadas por una cremallera o un botón.
    
  • Propiciar un ambiente relajada y seguro en el momento en que el niño utiliza el cuarto de baño.
    
  • Ser perseverantes y pacientes en la adquisición del hábito, aunque se produzcan retrocesos.

Cosas que nunca debemos hacer:

  • Presionarle, por diversas razones, en el control de esfínteres, sin tener en cuenta si está o no preparado para tal aprendizaje.
  • Tener prisa y esperar que el hábito esté conseguido en poco tiempo, ya que cada niño/a tiene su propio ritmo.
  • Amenazarle, castigarle, gritarle o ridiculizarle cuando se producen escapes. Con ello conseguiremos que asocie sentimientos de miedo y ansiedad a los momentos de micción y defecación.
  • Forzarle a utilizar el inodoro. Hay niños/as que se sienten que van a caerse o les disgusta su tacto frío. En estos casos se optará por un adaptador o por un váter infantil.

Para favorecer el control intestinal en los niños es interesante seguir lo siguientes pasos:

  1. Sentarle en el WC justo después de las comidas, ya que en ese momento la necesidad de evacuar es más probable.
  2. Usar el pañal sucio, dejando caer en el váter las heces para establecer la relación entre deposición y lugar donde deben depositarse.
  3. Procurar que vea a los mayores utilizar el inodoro (modelado).
  4. Premiar con alabanzas cualquier intento por parte del niño de usar el WC, aunque no llegue a tiempo al principio. Después, hacerlo solamente con los éxitos.

Control de orina diurno

El primer paso para una correcta consecución del hábito de utilizar el inodoro es que los pequeños logren tener un control durante el día. Para ello es interesante seguir estos pasos:

pañales
  1. Retirar el pañal evitando volver a ponerlo, excepto en ocasiones muy puntuales (como enfermedades o viajes largos).
    
  2. Recordar al pequeño que no lleva pañal y que ahora debe hacer pipí en el WC.
    
  3. Ponerle en el váter cada cierto tiempo, pero sin agobiarle para que haga pis aunque sepamos que tiene ganas (al principio los escapes son normales).
    
  4. Reforzarle con alabanzas o con recompensas materiales (solo al comienzo del entrenamiento) cada vez que haga pis en el sitio adecuado.
    
  5. Ser constantes y pacientes en la total adquisición del hábito.
    
  6. Retirar el refuerzo cuando ya no lo necesite, ya que el control de esfínteres es otro aprendizaje más en la vida del niño, como lo es dormir en su habitación, vestirse sólo o comer con cubiertos.

Control de orina nocturno

Pasos a tener en cuenta:

  1. Una vez conseguido el control diurno, retirar el pañal de la noche, siempre que observemos que amanece seco en varias ocasiones.
  2. Hacer que el pequeño haga pis antes de acostarse.
  3. Es recomendable despertarle a las dos horas aproximadamente de haberse acostado, para que haga pis conscientemente en el WC. Si ha habido escapes, transmitirle seguridad y comprensión, animándole a que colabore en las tareas de limpieza.
  4. Con el fin de aumentar el tiempo de retención de la orina, jugar a soltar y parar el pipí varias veces cada vez que vaya al inodoro.
  5. Elogiar con alabanzas cuando amanezca seco.

Si os surge cualquier duda, sabéis que podéis contar con nuestra psicóloga o escribirnos a nuestro mail, e intentaremos ayudarte lo antes posible.

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